A través de rituales, dinámicas simbólicas, música y reflexión guiada, los participantes exploraran cómo la energía lunar influye en las emociones, los vínculos y la forma de dar y recibir amor.
Cada ejercicio nos invita a un recorrido hacia adentro: reconocer lo que pesa, abrazar lo que somos y abrirnos a nuevas formas de habitar la vida con mayor claridad y sensibilidad. Es una propuesta para reconectar con la intuición, honrar nuestras emociones y regresar con herramientas prácticas para integrar lo vivido en lo cotidiano.
Viajamos a la luna y traemos nuevas formas de amar(nos), mirar(nos) y habitar(nos).
– E.





